26/5/12

Carlota Akaneya

El otro día fuimos yo y Andrea a un restaurante para celebrar una cosa que ya os contaré, el sitio en cuestión se llama Carlota Akaneya y me veo en la obligación sana de recomendarlo.

Hace unos 9 meses que está abierto y según nos explico el dueño del local (¡Y camarero!) esta funcionando muy bien. Y no nos extraña ya que la propuesta es muy original. De hecho, es el único local de estas características en la ciudad.

La propuesta principal es muy simple, cocinar a tu gusto los ingredientes propuestos en la carta. Cada una de las mesas tiene un agujero en el centro, recubierto de acero y con una base de arena blanca muy fina para poder aguantar las altas temperaturas que debe albergar llegado el momento en el que te traen en una olla de hierro colado ascuas recién encendidas y las deposita en el receptaculo en cuestión. Acto seguido coloca la parrilla encima y ya tenemos nuestra barbacoa personal montada al más puro estilo japonés.

La carta propone muchas combinaciones de carnes y pescados de aquí y de allí pero la especialidad de la casa es la carne de Kobe (ciudad de origen del Wagyu), que se puede elegir según corte específico o animarse y pedir una ración entera con más variedad.

Nosotros apostamos  por las medias raciones de carne y pescado (al ser la primera vez, queríamos ir sobre seguro, a la siguiente probaremos el Wagyu), que venían acompañados de verduras como guarnición. Presentados de manera ordenada y bonita sobre un plato rectangular de madera nos quedamos boquiabiertos y sin saber por donde empezar.
Por suerte, el genial camarero nos explicó muy bien como atacar cada uno de los ingredientes propuestos y una breve explicación de los mismos: pollo macerado en soja, atún rojo, chistorra, etc.


La experiencia esta muy bien, pero si sumamos el ambiente tranquilo y relajado, y la genial ambientación del sitio, hacen que el resultado sea magnífico. Una combinación ganadora que resulta de un trabajo de investigación del restaurante japonés original de donde se ha exportado la idea que se llama "Akaneya".
La suma del nombre de la madre del dueño y del restaurante que inspiró a este sitio crea el nombre del restaurante "Carlota Akaneya"

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Mención especial a los primeros platos, magníficos preludios de la experiencia principal y que aconsejo personalmente no perderse. Puedes encontrar muchas opciones pero nosotros nos decidimos por unas bolas de arroz a la barbacoa, Yakionnigiri y por una Patatas Karai, al estilo bravas. Estupendo.


En fin, que no hace falta decir mucho más para evidenciar que Carlota Akaneya es muy especial y  que aconsejamos que no os perdáis. Estamos ante un local único en su especie en donde cada detalle encierra un historia que merece la pena ser descubierta. Dejaos llevar por el ambiente y hablad con el personal y, como nosotros, con los otros comensales para compartir la felicidad de las cosas bien hechas.
Se recomienda asistir en grupos pequeños, para una experiencia más personalizada y lúdica.